El verano pasado estuvimos compartiendo un diálogo de matera en Saladillo. Estaba Don Leandro, con su administrador, el Ingeniero Zaldivar; Juanjo, cuñado de Zaldivar, que es vecino y arrendatario en la zona y Marquitos, el más jóven, ex alumno de Zaldivar en sus años de docente en la Universidad de La Plata. Todos ingenieros agrónomos, que se reúnen cada fin de mes para compartir el mate, las novedades y algunas ideas nuevas. Don Leandro delega en Zaldivar la administración del campo, porque vive en la Capital, donde se dedica a sus negocios financieros.
-Anduve recorriendo la zona. Se sigue viendo mucha vaca. Ha sido fuerte la retención este año -arrancó Zaldivar.
-Sí, también lo noto, pero no sé si va a haber tantos terneros como dice Iriarte -acotó Juanjo- 400.000 más que el año pasado dice, ¿no?
-Algo así.
-Pero la inundación pegó mucho en el Norte y en el Sur la seca -continuó Juanjo- Debe haber mucha vaca flaca y no sé si no vamos a tener una sorpresa en las pariciones.
-No te creas -argumentó nuevamente Zaldivar- Un consignatario del sudoeste me dijo que los campos estaban muy mal, pero que el estado corporal de las vacas se mantenía bastante, a pesar de todo.
-Es cierto -aceptó Juanjo- En el verano la vaca se mantiene con buena sombra y agua suficiente. Otras veces me ha pasado que me quedé sin campo y las vacas se mantenían. Donde primero se ve el daño es en los verdeos y las pasturas, antes que en las vacas.
Marquitos, que había estado callado mientras el mate circulaba, también quiso dar su opinión
-Por suerte acá estamos bien y los campos se recuperaron rápido.
Después de quedarse un rato pensativo, Don Leandro arriesgó una idea, más como una pregunta que como una decisión tomada.
-Sí, pero acordate lo mal que lo pasamos en diciembre.Tengo ganas de alargar el servicio y dejar trabajando los toros en febrero.
Después de un silencio en el que nadie se arriesgó a opinar, preguntó:
-¿A vos qué te parece Zaldivar?
-Ni se te ocurra -interrumpió Juanjo- Se te van a atrasar las pariciones del año que viene. Todos sabemos que la buena producción de pasto en primavera tiene que coincidir con el período de mayores requerimientos de la vaca. A la larga te vas a quedar con terneros livianos y mucha vaca vacía.
-No sé, no sé…
La reflexión de Zaldivar los dejó a todos expectantes, como esperando una aclaración. Zaldivar continuó:
-Estoy viendo que, a veces, a los que se mantienen fieles al libreto de una fecha estricta de parición se les complica mucho la cosa. Y en algunos casos, peor que a los que hacen servicio continuo.
-Pará, pará… ¿qué te pasa Zaldivar? -y con cierta ironía agregó Juanjo- ¿Nos estamos yendo para atrás?
Sin dudar contestó Zaldivar.
-Había un productor de mi grupo que no lo podía convencer de estacionar el servicio. Sabe lo que pasa Zaldivar, me decía, a mí… ¡me sirve! … Y contra eso no tengo argumento.
-¿Y con eso qué? -replicó Juanjo-
-Se justificaba diciendo que él necesitaba vender 10 terneros por mes para vivir y que si vendía todo durante la zafra de marzo se quedaba sin plata el resto del año. Que él no se sabía administrar ni sabía invertir en otra cosa que en vacas.
-¡ Ah bueno…! -Juanjo sonrió mientras aceptaba el mate que ya estaba aflojando- Entonces era un problema de él y no del servicio -y dirigiéndose a Marquitos sugirió- Dale Marquitos, por qué no le cambiás la yerba que esto se está poniendo lindo.
Zaldivar no se inmutó, como aceptando el desafío. Ya era sabido que Juanjo, como los demás, respetaba mucho a Zaldivar por su experiencia y conocimientos, pero desconfiaba de su falta de apego a los protocolos técnicos, que no pocas veces lo ponía más cerca de los productores que de los manuales profesionales.
-Sabés Juanjo, lo que a veces nos pasa es que de tanto mirar a la vaca, a la pastura, al sorgo… nos olvidamos de mirar lo más importante: el productor.
Dándose cuenta que se había hecho un silencio expectante, aprovechó Zaldivar para agregar:
-Muchas veces lo importante no lo aprendés en la Facultad ni en las charlas técnicas. Lo aprendés metiendo las botas en la bosta de los corrales, mirando a las vacas pero con el hombre al lado y entendiendo sus necesidades y sus posibilidades.
-Sí, sí, pero para eso estás vos, para enseñarle -insistió Juanjo-.
-¿Enseñarle?… ¿Enseñarle qué? ¿Cómo administrar su plata? ¿Cómo pagar los gastos del mes? Entonces empecemos por ahí antes de hablar de la época de servicio… el tema es que yo soy agrónomo, no asesor financiero. A gatas puedo con lo mío, como para andar dando consejos a otro.
Después de una larga pausa y de unos sorbos de mate que Marquitos hacía circular, como para bajar los decibeles retomó Zaldivar el tema.
-Yo creo que hay opciones… No todo tan peludo ni tan pelado.
-¿Por ejemplo? Intervino Don Leandro, que venía siguiendo en silencio la discusión, pero sin perder detalle.
-¿Cuál es el problema? ¿La falta de pasto en el invierno? Cambiaron las cosas… y cambiaron mucho. Los que tenemos que cambiar ahora somos los técnicos. Hoy tenemos recursos en campos que antes sólo podías destetar y vender… y hoy se ven los verdeos, los diferidos, los silajes, la suplementación con grano debajo del alambre.
-¡Eso tiene un costo! y no siempre se puede…
-Vender una vaca vacía como descarte que te puede dar más terneros también tiene un costo. No todos los años son buenos, no todas las primaveras sobra el pasto. A veces te toca una seca fuerte en pleno servicio y cuando llega el agua y los campos se componen ya es tarde. Te quedás con muchas vacas vacías o se atrasan los servicios y te sale vacía al año siguiente.
-No entiendo a dónde querés llegar…
-Dejalo -corta Don Leandro a Juanjo- A ver, seguí, y entonces…
-Si le damos servicio anticipado de 20 meses a las vaquillonas o algunos hacen una segunda época de servicio en invierno, significa que se puede entorar más allá de la primavera. Sólo hay que ocuparse de tener una buena cadena forrajera todo el año y no sacrificar vientres porque no usamos todos los recursos disponibles que hoy tenemos. La vaca no tiene la culpa de que nosotros no le demos la comida suficiente.
-Interesante…interesante…¿Por qué no?
-Porque así tenés un lote desparejo, por eso.
-Será desparejo, pero prefiero tener un ternero más chico que no tenerlo. Al ternero nacido lo puedo suplementar o hacer un crop feeding o un destete precoz. Al que no parió no lo puedo inventar.
-A ver si te entiendo Zaldivar ¿Qué me estás proponiendo? -preguntó Don Leandro- ¿Que volvamos a dar servicio todo el año?
-No, no. De ninguna manera. No es eso. Sólo quiero decir que no todos los planteos son iguales, ni todos los años son iguales. Sólo digo que pensemos en la posibilidad de no ser tan estrictos. A veces es necesario analizar caso por caso y año por año.
Luego de una pausa breve resumió Zaldivar:
-¡Si falló la primavera que no fallen las vacas! Por un lado quiero decir que existe la posibilidad de dar servicio en otra época, no obligadamente en primavera. Por el otro, que a veces una buena vaca merece otra oportunidad y no es necesario esperar un año para eso.
-Puede ser que en parte tengas razón -reconoció Juanjo- Pero decilo en voz baja, porque sino algunos se van a agarrar de eso para justificar que no sacan los toros y después tienen que andar atendiendo pariciones todo el año.
-Sabés lo que me dijo una vez un productor… Mire Zaldivar, yo no puedo estacionar el servicio porque estoy solo y tengo mucho trabajo. No puedo estar tres meses sin dormir atendiendo partos, prefiero distribuirlos a lo largo del año. Para mí es mejor.
-Mirá Zaldivar -intervino Don Leandro haciendo girar el mate entre sus manos y mirando hacia el techo como buscando una respuesta- A veces me pregunto en qué nos habremos equivocado los profesionales. ¿Por qué si hace décadas que venimos recomendando el servicio estacionado de tres meses en primavera, tenemos tan poca aceptación de los ganaderos? ¿Se estarán equivocando ellos o nos estamos equivocando nosotros? ¿Qué es lo que no estamos viendo?
Marquitos aprovechó la pausa para limpiar el mate que ya todos habían agradecido y sabiendo que la ronda estaba llegando a su fin, no quiso terminarla sin dejar de dar su opinión:
-¿Saben lo que estaba pensando? Puede ser que no nos estamos poniendo en los zapatos de los otros y no veamos sus razones, que seguramente las tendrán…pero ¿Y los tactos? ¿Y la revisación de toros? ¿Y el seguimiento de las vacas que paren y las que no? Siempre hay caminos alternativos..
Don Leandro, Zaldivar y Juanjo levantaron la vista y miraron con curiosidad al joven al mismo tiempo, como si se hubieran puesto de acuerdo. Marquitos, sintiéndose protagonista dió su opinión.
-Entonces, a esos productores, porqué en lugar de un servicio breve no proponerle que saquen a los toros, al menos, dos o tres meses del servicio. Lo suficiente como para hacer los controles básicos.
Ante el silencio de los demás remató:
-No sé, digo yo… no será lo ideal, pero al menos es un paso adelante, quién te dice después se animan y lo van acortando un poco más. Y nosotros también, podemos ser un poco más flexibles.
Se fueron levantando, estiraron las piernas y se alejaron de la matera en dirección a las casas. La noche en el campo, con la cabeza apoyada sobre la almohada, puede ser un buen momento para resolver dilemas.